“No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo.”
Colosenses 2:8 NTV
En este tiempo más que nunca es importante que meditemos en la palabra y que nuestra fe sea firme. Por todos lados tenemos tantas opciones de predicadores o personas en las redes que llevan un mensaje y que si no tenemos cuidado, podemos caer en creer todo lo que escuchamos aún cuando no van en línea con la palabra.
Un ejemplo que quisiera compartir fue el caso triste de Waco y los que seguían a David Koresh. Este hombre comenzó como pastor de una iglesia adventista y se autoproclamó profeta. Pero en un punto utilizó la admiración que le tenían para establecer normas fuera de la palabra de Dios. Esas personas lo siguieron y cumplieron con sus exigencias. Pero me pregunto, hasta que punto ponemos las filosofías humanas por encima de la palabra escrita de Dios donde claramente hubiesen visto que lo que estaba haciendo no podía venir de Dios. Y como este ejemplo hay otros y recientes.
Aquí Dios nos advierte que no seamos atrapados con pensamientos humanos, ya sea que vengan de la misma iglesia o de lo considerado secular. Por eso es tan importante que tengamos nuestro propio tiempo de estudiar la palabra, de analizar lo escuchamos a ver si va en línea con lo que Dios ya estableció en su palabra.
No podemos buscar mensajes que se acomoden a lo que queremos tampoco, porque ya eso entra en una filosofía humana y no debemos caer en eso. La palabra es eficiente para consolar pero también nos debe confrontar para que podamos llegar a la santidad que Jesús nos dice que debemos de andar.
Hay un punto importante vemos en el versículo: estas personas o mensajes vienen de manera elocuente. O sea, que suenan bien y hasta lindas para el oído. Debemos cuidarnos, porque es peligroso que caigamos en pensar y creer algo fuera de la palabra y que pensemos que estamos bien con Dios.
Hermanos, el mensaje central de Cristo es que quiere ser lo primero en nuestras vidas y tener una relación cercana que no se puede adquirir asistiendo a un edificio los domingos ( que es importante pero no puede ser todo). Y soy el primero que esto le aplica. Nuestros pastores y líderes son seres humanos que también buscan a Dios y si merecen que le escuchemos, pero nuestro propio tiempo de estudio no puede faltar por si en algún momento en su humanidad comienzan a traer otro mensaje que no es el de Cristo podamos tener el conocimiento para discernir lo que escuchamos. Es tiempo de que nos dejemos atrapar por Cristo y que busquemos aprender más de Él. Se aprende mediante predicaciones, pero también en un tiempo personal de estudio y oración.
¡Dios les bendiga!
Luis
