Hace poco comencé a trabajar en un “junker”, lugar donde venden carros pero muchos de ellos chocados y no en óptimas condiciones. Una de las cosas que más me ha sorprendido es como la gente paga primero una membresía y luego gastan bastante dinero, a veces hasta 2,000 dólares en carros que muchos de ellos ni prenden. Mientras miraba los carros y pensaba en eso, Dios me habló acerca de que no importa si estamos hecho pedazos Él ya pagó un precio incalculable por mí y por todos y aun así nos quiere y busca como hacernos útiles otra vez.
Mientras miraba los carros y pensaba por qué los compran, en realidad los estaba menospreciando, otras personas ven un proyecto o piezas para arreglar a otro carro, yo solo vi algo dañado. Dios me trajo ese versículo en 1era de Corintios 1:28 donde dice que Dios ha escogido lo vil y despreciado del mundo para anular lo que es. Una realidad es que muchas veces nuestra vida es despreciada o menospreciada por otros, pero tantas veces somos nosotros mismos los que nos menospreciamos. Y en ese ángulo es que quisiera enfocar el mensaje de este artículo, por que una vez abrazamos la realidad del amor de Dios, lo que otros puedan decir de ti pierde poder sobre ti.
Es fácil mirarnos en el espejo y ver cada uno de nuestros errores, nuestras heridas y en base a eso nosotros mismos nos guardamos en ese “junker”. Es una realidad que nuestra vida está llena de errores y heridas, pero eso no te descualifica para ser hija o hijo de Dios, lo dice el versículo, el anula lo que es, su gracia nos hace nuevas criaturas y lo que estaba olvidado en ese “junker” recobra nueva vida. El paso importante es ir a Jesús y permitir que el obre en nosotros. Pienso en esto, si el dueño del lote decide que no va a exponer el carro en la subasta, el carro nunca saldrá de ese lugar y quedará olvidado. En el caso de nuestra vida, nosotros tenemos la opción de exponer esas heridas y nuestros quebrantos ante Dios para que Él haga la obra y encontremos nuevamante un propósito. Y Dios que es el dueño del lote, quiere volver a exponernos para cumplir su propósito en nosotros.
Quisiera ir al libro de Éxodo y ver como Moisés se menospreció el mismo ante Dios. Vemos en Éxodo capítulo 3 y 4 como Moisés le enumera a Dios todas las razones por la cual él no es el apropiado. Primero le dice a Dios; “Quien soy yo para que vaya a Faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel”. Ante esto Dios le contesta que el va a estar con Moisés y aun así Moises continuó dando todas las razones a Dios por las cuales el no era el indicado. Nos enfocamos en nuestras partes rotas y heridas y no vemos la grandeza del amor de Dios para nosotros. Pensamos que Dios es hombre para desechar fácilmente lo que entiende que no sirve. Dios en cada limitación que Moises le presentó le dijo que haría; en ningún momento le dijo que enviaría a otro.
Es importante recordar un detalle, Jesús ya pagó el precio por nosotros y por ende siempre va a buscar la forma de restaurar nuestra vida, ya somos de su propiedad y Él es el tipo de dueño que se empeña en cuidar y arreglar su propiedad. Meditemos en esta historia de la palabra en Mateo 9:11-12, Jesús se sentó a comer con pecadores y recaudadores de impuestos y los fariseos le cuestionan esto a Jesús, y El les contesta que los sanos no necesitan médico. O sea, que el sentirnos quebrantados o heridos no nos descarta ni nos aleja del amor de Dios, no tenemos por que escondernos en el “junker”, solo tenemos que ir a los pies de Cristo y dejar que Él cambie las piezas o las arregle como Jesús sabe hacer.
A todos aquellos que se sientan olvidados en ese “junker”, ve a los pies del maestro, muéstrate tal y como estás, que Jesús aún viendo tus heridas, tu quebranto y esas partes rotas te sacará del “junker” y te devolverá propósito y vida. ¡No olvides que el precio que pagó viene con la vida eterna incluida!
¡Dios les bendiga!,
Luis
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