Tema: Confiar en Dios.

Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto».

Jeremías 17: 7-8

La verdad es que no es suficiente con saber de Dios ni siquiera es suficiente creer en el sentido de reconocer que existe. Nuestras relaciones con otras personas, los que son cercanos de verdad, tienen algo en común y es que tienen nuestra confianza. Y esa confianza nos da seguridad de que no estamos solos y que tenemos a donde ir en momentos de necesidad.

Como cristianos nuestra confianza debe estar en Cristo. Y esta confianza es probada en momentos donde en realidad solo podemos depender de él. Si nuestra confianza esta en él, aún ante el temor y la incertidumbre, podemos seguir caminando hacia delante. Cuando no tenemos esa confianza podemos responder alejándonos de Dios por varias razones como coraje o pensar que Dios no nos quiere ayudar.

Hermanos miremos estos versículos. Nos habla de lo afortunado que es el hombre que confía en Dios. Me gusta porque Dios es claro y aunque no nos guste está ahí. Dios no dice que el hombre que confía nunca le pasará nada. Sino que está plantado, que podemos entender que es algo difícil de arrancar de su lugar. Plantado en la fe y la confianza en Cristo nada que venga a tu vida te podrá arrancar de la roca de salvación que es Cristo porque tu mirada y confianza están fuertes en Cristo. También dice el versículo que está plantado junto a aguas y las corrientes. El agua no siempre está en calma y las corrientes se ponen fuertes a veces. Pero firmes en Cristo seguimos de pie aún en lo difícil. No le teme al calor sigue diciendo el salmo, cuando tu confías en alguien, sientes una seguridad de que esa persona te ayudará, igual pasa cuando confiamos en Cristo.

Vemos que al final en el versículo 8 hay un mensaje que ,claro no es fácil, nos habla de que en la angustia no deja de dar frutos. Somos llamados a dar frutos y ser testigos del evangelio. En la palabra vemos hombres que a pesar de las situaciones se mantuvieron dando frutos y proclamando a Cristo. Esto lo lograron porque confiaban en Dios y en su soberanía. En este tiempo de tanta incertidumbre nuestro llamado es a confiar y seguir dando frutos para que el poder del evangelio sea conocido. Puede que la situación mejore pronto puede que no, debemos estar plantados firmes en la confianza en Cristo y que el tiene el control.

Oremos hoy para que Dios nos ayude a lograr tener esa confianza plantada en Cristo y no en nada humano. Y que podamos llevar el mensaje de esperanza del evangelio a los muchos que lo necesitan.

Att.

Luis

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