Tema: El ayuno que sí funciona.

Espero que el título de hoy no te haya asustado. No estoy proclamando que tenga un listado de pasos para que Dios tenga en cuenta tu oración y ayuno. Hoy solo quiero escribir sobre la acción de una mujer antes, durante y después de su ayuno. Para nada estoy diciendo que esta es la única manera de ayunar. En la Biblia hay varias formas de ayuno, incluyendo el ayuno de 40 días de Jesús. Solo quiero señalar que no es el ayuno la parte importante, sino en dónde está tu corazón, de que te alimentas durante ese ayuno y qué acciones tomamos luego de haber ayunado. 

Es probable que ya sepas que es de Ester de quién voy a escribir hoy. En el capítulo 3 del libro de Ester, Amán planifica la destrucción de los judíos. En el capítulo 4, Mardoqueo le informa a Ester y ella aún teniendo temor promete interceder por su pueblo. Ester mandó a Mardoqueo y a todo su pueblo a no beber ni comer nada por tres días. Ella misma y sus doncellas no comieron ni bebieron nada durante esos tres días. Lo primero que debo señalar es que hubo unidad de propósito y acción. (Ester 4:15-17 RVR1960) No fue al instante, Mardoqueo tuvo que insistir y hacer entender que hoy era Reina, pero seguía siendo Judía y que su vida también corría peligro.  

Hay tanto que decir sobre el libro de Ester, que confieso que es uno de mis libros favoritos, pero hoy solo voy a enfocarme en el ayuno.

Con temor a morir Ester va al patio y el rey la autoriza a estar en su presencia. Y pregunta a Ester cuál es su petición y declara que hasta la mitad del reino le dará. No sé a ti, pero a mí me impresionó que a pesar de la declaración del rey, Ester primero le ofrece un banquete. (Ester 5:4 RVR1960) Lo primero que pensé fue en que Ester estaba ofreciendo una ofrenda, y una ofrenda no económica, sino de servicio. Ester reconocía la magnitud de su petición y quería agradar al rey sirviéndole. 

Más adelante, el rey vuelve a preguntar a Ester cuál era su petición y hace la misma declaración: “Aunque sea la mitad del Reino, te será concedida.” (Ester 5:6 RVR1960) Pero Ester vuelve a ofrecerle otro banquete. ” Sí he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.”(Ester 5-8 RVR1960).  Es impresionante que Ester haya hecho banquete no solo para el rey, sino también para su enemigo. Amán tuvo la oportunidad de cambiar el plan que tenía, pero su alegría se escapaba de él cuando veía a Mardoqueo. 

En la tercera ocasión que el rey pregunta a Ester cuál es su petición, vuelve a repetir la misma declaración: “Aunque sea la mitad del reino, te será otorgada.”(Ester 7:2 RVR1960) “Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda. Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable.”(Ester 7:3-4 RVR1960)

Así como fue de extremo su ayuno, así de extrema fue su petición. Era de esperarse, su vida y la de su pueblo estaban siendo amenazadas. Pero lo que no era de esperarse era que Ester, en vez de presionar, exigir como reina o dejar de hacer sus ocupaciones como reina, (recuerda a la reina Vasti en el capítulo 1 de este libro) ella se tomó su tiempo, y en vez de pedirle al rey, le sirvió y se mantuvo en su posición cómo sierva. El rey pregunta quién es el que ha hecho tales cosas y ella le responde que Amán es el responsable. Amán según el capítulo 5 mandó a preparar una horca para Mardoqueo, pero en el capítulo 6 el rey no podía dormir y mandó a que le leyeran el libro de las  memorias y crónicas. Fue entonces donde el rey halló que Mardoqueo había denunciado un complot en contra del rey y quiso honrarlo y distinguir a Mardoqueo.

Escribo esto para que puedas observar que ya Dios estaba trabajando aún cuando Ester no había hecho su petición al rey. Y que ya el propio Amán se había hecho la horca que sería utilizada en contra de él. 

Yo no quiero poner pasos o enumerar qué hacer para un ayuno efectivo, pero me parece que podemos aprender mucho de Ester, Mardoqueo y de su pueblo. También podemos hacer una comparación entre el rey y nuestro Rey, porque Dios también quiere darnos hasta la mitad del reino si estamos dispuestos a servirle. ¡Nuestro Rey quiere salvarnos de la muerte! 

En resumen: Mardoqueo se humilló rasgando sus vestidos, se vistió de ceniza y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor.

Y en cada provincia y lugar que llegaba el mandato del rey decretando la destrucción de los judíos ellos hacían gran luto, ayuno, y muchos dormían en cilicio y ceniza. Estaban unidos en el dolor. 

Ester cuando accede a interceder por su pueblo pide un ayuno extremo. No comer o beber nada en tres días. 

Yo no creo que el ayuno, usado como si fuera una fórmula mágica, es lo que puede hallar la gracia delante de nuestro Dios. Más bien, es el clamor genuino y la  entrega genuina de nuestra vida a Él, incluyendo entregar, aunque sea por un tiempo determinado, las comodidades que ofrece este mundo.  

Pienso que la unidad de propósito y acciones son una parte importante, ya que el mismo Jesús así lo establece en su palabra. “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”(S. Mateo 18:20 RVR1960) Ester no hizo el ayuno sola, todo el pueblo ayunó con ella. Claro que la demanda era grande y además todo el pueblo demandaba lo mismo. 

Y por último, me parece muy importante el servicio. Ester pudo haber pedido desde que el rey dijo que le daría hasta la mitad del reino, pero ella le preparó banquete. Yo creo que tu y yo debemos al igual que Ester prepararle banquete a nuestro Rey, para agradarle y alegrarle. Hoy quiero que sepas que la mesa está servida y que Dios te ha dejado entrar en su presencia. Te invito a que clames a Él a gran voz. Y que le sirvas tu corazón y entregues tu vida a Él. Dios quiere darte más de lo que tú piensas que necesitas. Él quiere darte más que la mitad de un reino. Dios quiere darte vida eterna y por eso envió a su único hijo Jesús a morir por ti y por mí. Dios lo resucitó para que a través de Él también nosotros resucitemos con Él. 

Sírvele a tu Rey y la horca que ha preparado el enemigo para matarte será para él y no para ti. Porque tú tendrás vida y vida en abundancia. 

Dios te bendiga y ojalá unidos clamemos para la salvación de toda alma. 

Con amor, 

A. Lamboy

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