61 Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro. Y recordó Pedro la palabra del Señor, como le había dicho: Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces.
Para dar el trasfondo de lo que acontece en ese versículo, lo que sucede en los versículos anteriores es que Jesús está en la última cena con sus discípulos y les explica que sería entregado. Pedro en ese momento le dice a Jesús que iría con Él hasta la muerte a lo que Jesús le responde que lo negaría tres veces antes de que cante el gallo. Y así ocurrió, fue entregado y Pedro observando de lejos negó conocer a Jesús cuando las multitudes reconocían que él caminaba con Jesús.
La palabra es viva y su función principal es de acercarnos a Cristo y enseñarnos como vivir para Cristo. Cada ejemplo que vemos en la biblia no es solo un dato histórico, es para que nos veamos y reflexionemos. Muchas veces he leído de Pedro y cómo negó a Jesús, pero porque literalmente no me veo negando a Jesús a personas por miedo a que me maten, dejaba eso ahí, no veía como ese ejemplo aplica a mi vida hasta que lo leí usándolo de espejo para verme a mí.
Todavía y dependiendo dónde estes no tenemos que negar nuestra fe delante del gobierno por temor, pero en nuestras acciones y más peligroso en lo privado podemos, como Pedro, negar a Cristo. Cuando elegimos hacer algo que no va a la par con su palabra lo estamos negando. Cuando sabiendo de un pecado que cometemos lo seguimos haciendo estamos negando a Cristo, porque estamos viviendo contrario a su palabra, y si es algo que en nuestras fuerzas no podemos la biblia nos enseña qué busquemos alguien de confianza que nos ayude. Podemos ver en el versículo 62 de Lucas 22 donde nos dice que Pedro lloró amargamente. La verdad es que cuando es tarde y vemos que le fallamos a Dios, lo que trae es dolor. Pero nosotros tenemos la ventaja de tener la palabra y poder aprender y ajustar nuestra vida antes de caer. De usar la palabra como un espejo y vernos en ella.
Hermanos lo que Dios me quiso decir con este relato de Pedro es la importancia de usar cada versículo de la palabra para ver mi vida en ella y ver si es algo que tengo que corregir de mi vida. Es fácil pensar nosotros mismos, qué nos aplica y qué no, lo difícil y esencial es dejar que la palabra y el Espíritu Santo sean los que nos hagan ver si eso que leímos es algo que debemos trabajar.
Dios les bendiga
Luis
