“Sin embargo, cuando Sanbalat, Tobías y Gesem el árabe se enteraron de nuestro plan, se burlaron con desprecio. —¿Qué están haciendo? —preguntaron—. ¿Se rebelan contra el rey?” (Nehemías 2:19 NTV)
Lamentablemente hay gente que no quiere que logremos alcanzar el propósito que Dios tiene para nuestra vida. A veces tenemos un plan y tenemos la autorización de Dios para comenzar el camino hacia su cumplimiento. Además, Dios nos brindó los materiales, la protección y el personal que nos ayudará durante el proceso de construcción. Es importante que sepamos que si Dios nos envía protección, es porque sabe que la necesitaremos.
En ocasiones por envidia, miedo, desconocimiento o rebeldía a Dios, se levantan personas en contra de nuestras metas o propósitos. Esto lo podemos observar durante la lectura del libro de Nehemías donde hubo individuos que primero se burlaron del plan de Nehemías, pero cuando lo vieron comenzar a trabajar utilizaron al propio Rey, quién autorizó la obra, para excusarse de su desprecio a la reconstrucción del muro de Jerusalén. Ellos pusieron una mentira en su corazón para justificar su maldad contra el pueblo de Dios y su propósito. Ellos querían que la gente pensara que lo que Nehemías estaba haciendo era rebeldía contra su rey.
“Cuando Sanbalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se enojó muchísimo. Se puso furioso y se burló de los judíos, diciendo ante sus amigos y los oficiales del ejército de Samaria: «¿Qué cree que está haciendo este pobre y debilucho grupo de judíos? ¿Acaso creen que pueden construir la muralla en un día por tan solo ofrecer unos cuantos sacrificios? ¿Realmente creen que pueden hacer algo con piedras rescatadas de un montón de escombros, y para colmo piedras calcinadas?».” (Nehemías 4:1-2 NTV)
Es muy probable que así también se burlen de nosotros aquellos que no creen en el Dios que nosotros creemos y en lo que puede hacer por nosotros. Hay personas que no creen que Dios pueda restaurar el muro que el enemigo destruyó e incluso hacerlo más fuerte.
Además, ignoran que no podrán ir en contra de la palabra de Dios. Si notan, estos enemigos comenzaron su campaña cuando ya Nehemías había convencido al pueblo de Dios a trabajar en la reconstrucción del muro. Y ellos veían cómo trabajaban unidos y cada uno haciéndose cargo del frente de su casa. En una nota aparte, podemos aprender que en ocasiones debemos comenzar protegiendo nuestro hogar del enemigo para luego ayudar a otros a construir protección para ellos.
El enemigo cuando ve que hay unión de propósitos y acción, tratará de ponernos trampas para eliminar la posibilidad de que nuestros planes sean alcanzados. Es por esta razón, que debemos estar siempre en nuestra búsqueda y cercanía con el Dios que nos brindó la visión de ese plan. Nehemías oró a Dios cuando supo de las intenciones de Sanbalat. “Entonces oré: «Escúchanos, Dios nuestro, porque se burlan de nosotros. ¡Que sus burlas recaigan sobre sus propias cabezas, y que ellos mismos sean llevados cautivos a una tierra extraña! No pases por alto su culpa. No borres sus pecados, porque han provocado tu enojo delante de los que construyen la muralla».” (Nehemías 4:4-5 NTV)
Para este momento ya estaba culminada la mitad del proyecto y los enemigos al ver que se cumplía el propósito de Dios con el pueblo de Israel se molestaron y se reunieron para planificar el ataque a Jerusalén. “Sin embargo, cuando Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que la obra progresaba y que se estaban reparando las brechas en la muralla de Jerusalén, se enfurecieron. Todos hicieron planes para venir y luchar contra Jerusalén y causar confusión entre nosotros.” (Nehemías 4:7-8 NTV)
Nehemías volvió a orar, pero también puso guardias para que velaran día y noche. Además, puso al pueblo por familias con espadas, lanzas y arcos alrededor del muro. A pesar de que podían ser atacados en cualquier momento, Nehemías sabía y confiaba en Dios. “Luego, mientras revisaba la situación, reuní a los nobles y a los demás del pueblo y les dije: «¡No le tengan miedo al enemigo! ¡Recuerden al Señor, quien es grande y glorioso, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus hijas, sus esposas y sus casas!».” (Nehemías 4:14 NTV)
Cuando el enemigo sabe que Dios está de tu lado amenazará, pero no atacará a menos que Dios quiera destruirlos. “Cuando nuestros enemigos se enteraron de que conocíamos sus planes y que Dios mismo los había frustrado, todos volvimos a nuestro trabajo en la muralla.” (Nehemías 4:15 NTV) Es importante que analicemos cómo un pueblo unido en el propósito de Dios no puede ser vencido. Si leemos toda la escritura podremos observar que cuando el pueblo estaba arrepentido y seguía la voluntad de Dios, eran más que vencedores, pero cuando el pueblo no seguía el propósito de Dios y eran desobedientes, entonces eran derrotados y llevados a cautiverio.
Lo mismo pasa en nuestras vidas, planes y metas. Mientras reconocemos nuestro pecado y venimos ante Dios con un corazón humilde, arrepentidos de hacer mal y seguimos sus mandamientos, estatutos y decretos, somos vencedores. Asimismo, cuando Jesús es nuestro camino, nuestra luz y verdad, somos más que vencedores. Lamentablemente, cuando nos alejamos del propósito de Dios, cuando preferimos hacer nuestro propio plan, cuando nuestra misión es satisfacer nuestros deseos y no los de Dios, nuestra vida está llena de derrotas y esclavitud.
Yo no quiero esclavitud para nuestra vida. Yo quiero que juntos terminemos la construcción del muro que nos defiende de los ataques del enemigo. Yo quiero que fortalezcamos nuestra relación con el Rey y obedezcamos sus mandamientos. ¡Yo quiero que seamos más que vencedores en Cristo Jesús Señor nuestro!
Nehemías al darle instrucciones a su pueblo, nos dejó una clave para vencer al enemigo. “Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.” (Nehemías 4:17 RVR1960) Tú y yo tenemos que trabajar velando el ataque del enemigo, orando a Dios para que nos libre del mal, con una mano edificar la obra de Dios y en la otra la espada de las escrituras que puede llegar al alma de nuestros enemigos.
No tengamos temor delante de nuestros enemigos, recordemos que nuestro Señor es grande y temible. Enfrentemos al enemigo por nuestros hermanos, por nuestros hijos, por nuestros cónyuges y por nuestra familia. No permitamos que el enemigo llegue a destruir el muro de nuestra Salvación.
Dios nos bendiga para que logremos el cumplimiento de su propósito en Él.
Con Amor,
A.Lamboy
