Tema: El que beba de esta agua.
“Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.”
Juan 4:13-14 LBLA
En este artículo les voy a compartir dos eventos, por decirlo así, que al leer este versículo me volvieron a la mente y tuve que reflexionar acerca de dónde yo estoy buscando saciar mi sed. Tenemos muchas fuentes y en el caso de este artículo no me refiero a cosas malas. Hay cosas buenas que no es que las tengamos que dejar hacer, pero sí analizar que lugar tienen en nuestra vida. Primero, voy a contar los dos eventos y luego les explico como el versículo me hizo volver a ellos y reflexionar.
Hace un año atrás anunciaron que iban a vender algo que llevaba esperando por mucho tiempo. No podría explicarles el anhelo y cómo contaba los días para al fin tener eso que tanto quería en mis manos. El día llego, lo compré y lo mire y usé unas cuantas veces y luego nada. Ya mi sed fue saciada, pero el vacío o el deseo de algo mas surgió. Rápido puse fecha a otra cosa y volví a la ansiedad y contar los días. Aunque no esté entrando en detalle de qué era lo que anhelaba tanto, todos tenemos algo y repito no necesariamente es malo, pero lo que Jesús quiere que entendamos es que solo Él puede saciar nuestra vida.
En un artículo que había escrito hablé de como los jueves me estaba levantando a orar con un grupo de hermanos y el cambio que estaba teniendo en mi vida, la verdad es que me pusieron a entrar más temprano en el trabajo y tuve que dejar de reunirme. Y la oración diaria también se fue perdiendo. Y esto entonces trae otro problema, y usando el versículo, más sed. En Juan 4:13 -14, Jesús está en el pozo de Jacob, cuando les dice que le que beba de esta agua tendrá sed otra vez, la fuente es el pozo. Y eso me lleva a pensar que si mi fuente es aquellas cosas del mundo, tendré sed constantemente, pero si mi fuente es Cristo, como Él dijo, no tendré mas sed. Si lo queremos ver humanamente, si yo cargo todo el día con una botella de agua y la bebo durante todo el día es difícil que sienta una sed que me debilite o que tenga desesperación por beber, a diferencia de andar sin la botella y que de repente me de una sed insoportable. A Cristo lo tenemos disponible en cada momento y si vivimos una vida de constante búsqueda y de estar conscientes de su presencia, es como andar con una botella de agua siempre.
No se trata de que no habrá situaciones, es que aún en los desiertos no tendremos sed, tendremos fuerza, porque la Fuente de vida está en nosotros, y nosotros activamente buscamos de la Fuente.
La ventaja es que Dios esta accesible en todo tiempo, ahora nos toca anhelar, esperar con ansias el estar junto a Él. En esas estoy, luchando cada día para no perder ese anhelo y deseo que descubrí que necesito tener, y todavía disfruto de lo que me gusta, pero entendiendo que mi sed solo la puede saciar Cristo y que no hay otra cosa que pueda sustituir lo que Él nos da.
Nunca olvidemos que la verdadera fuente de vida es Cristo. Hay muchas cosas buenas en las cuales podemos entretenernos y sentirnos bien, pero si no quieres vivir en constante sed, la fuente de agua debe ser Cristo.
¡Dios les bendiga!
Luis
