Tema: Tratando de cancelar la verdad, para generar en una mentira. 

Pablo fue a Éfeso a predicar y mucha gente creyó en el evangelio de Jesucristo. “Luego Pablo fue a la sinagoga y predicó con valentía durante los siguientes tres meses, discutiendo persuasivamente sobre el reino de Dios;”

(Hechos 19:8 NTV)

Las personas se comenzaron a arrepentir de hacer cosas que iban en contra de lo establecido por las escrituras y eran bautizadas por el Espíritu Santo. Hablo de las mismas escrituras que Jesús enseñó. Era tanta la gente que cambiaba su camino al verdadero Camino, que hubo una controversia. “pero algunos se pusieron tercos, rechazaron el mensaje y hablaron públicamente en contra del Camino. Así que Pablo salió de la sinagoga y se llevó a los creyentes con él. Entonces asistía diariamente a la sala de conferencias de Tirano, donde exponía sus ideas y debatía.” (Hechos 19:9 NTV)

Lo que estaba pasando en ese momento histórico, nos puede enseñar cómo actuar en el momento histórico que estamos viviendo hoy. A cuántos predicadores, que enseñan la palabra de Dios, se les ha llamado “mensajeros de odio”. Este texto nos deja saber que lo que rechaza la gente no es al predicador, sino al mensaje correcto de Jesús. Al igual que en el texto personas hablaron públicamente en contra del Camino, así también la gente rechaza y habla públicamente en contra del verdadero mensaje de Jesús. 

Pablo nos enseña que, al igual que Jesús, a veces hay que salir del lugar donde se encuentra la gente terca y llevarse a los que sí creyeron la palabra de Dios. De esa manera los que creen no serán influenciados por la terquedad de quienes no quieren cambiar su camino, al camino que es Jesús. Eso no significa retirarse a esconderse. Pablo también nos enseña que debemos prepararnos para debatir  y exponer nuestras ideas. Hay que hablar de nuestra creencia en el evangelio de Jesucristo, pero también defenderlo. También debemos reconocer que hay un lugar para todo. Pablo encontró el lugar para debatir y exponer sus ideas diariamente.

Hoy, estoy tratando de exponer una idea en LAmbWord.com y me estoy preparando para debatirla. Quisiera que leyeran sobre esta controversia: “Comenzó con Demetrio, un platero que tenía un importante negocio de fabricación de templos de plata en miniatura de la diosa griega Artemisa. Él les daba trabajo a muchos artesanos. Los reunió a todos, junto con otros que trabajaban en oficios similares y les dirigió las siguientes palabras: «Caballeros, ustedes saben que nuestra riqueza proviene de este negocio. Pero, como han visto y oído, este tal Pablo ha convencido a mucha gente al decirles que los dioses hechos a mano no son realmente dioses; y no solo lo ha hecho en Éfeso, ¡sino por toda la provincia! Por supuesto que no solo hablo de la pérdida del respeto público para nuestro negocio. También me preocupa que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su influencia y que a Artemisa —esta magnífica diosa adorada en toda la provincia de Asia y en todo el mundo— ¡se le despoje de su gran prestigio!». (Hechos 19:24‭-‬27 NTV)

Aquí podemos ver que la primera razón para rechazar el mensaje de Pablo, no era porque el mensaje era falso, sino que afectaba su riqueza. ¿Cuántas personas no estudian o escuchan el mensaje para ver si es verdadero o falso, porque están enfocados en rechazarlo para continuar con su negocio, conducta, creencia y/o estilo de vida? El problema no es que rechazan el mensaje de Jesús, sino que también confabulan para evitar que otros crean en Él. Es aquí donde se ve claramente que muchas personas como Demetrio buscan su “beneficio” personal frente a buscar el beneficio comunitario. Lo vemos hoy cuando grupos quieren “igualdad” excluyendo a su lado ”opuesto”. El objetivo no es vivir en una comunidad balanceada, sino en virar la balanza a su beneficio. 

La segunda razón para rechazar el mensaje de Jesús, era proteger la influencia cultural y política que tenía la diosa Artemisa en Éfeso. Ellos pensaban que si condenaban a Pablo y él dejaba de predicar la palabra de Dios, la influencia de Artemisa y por ende sus negocios no se perderían. Sin contar que las acciones que estaban tomando en ese momento estaban en contra de su propio beneficio.

A veces buscamos a nuestra manera “lo que pensamos que es mejor para nosotros” y no tan solo arrastramos a otros a que vivan de esa “mejor manera”, sino que evitamos que otros vivan a su manera. Pablo no estaba cancelando el negocio de Demetrio, mucho menos lo estaba obligando a cambiar. Pablo estaba dando un mensaje. Dios a través de ese mensaje transforma vidas y hay gente que no quiere que otros cambien, porque ellos no quieren cambiar o “no les conviene” que la gente cambie.

A nosotros no nos toca cancelar u obligar a otros a creer o cambiar. A nosotros nos toca predicar el mensaje que transforma y dirigirnos en el Camino que lleva a la Vida, para que otros puedan ver la Verdad. Y por si hay alguna duda sobre el Camino, la  Verdad y la Vida, pues son en efecto Jesús. “Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.” (Juan 14:6 NTV)

Con amor, 

A. Lamboy

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