Expansión

¿Cómo lograr desarrollar lo que has creado?

Génesis Capítulo 1 Versículos 6 al 9. (Reina Valera 1960)

Al escribir el primer artículo de este blog que se titula Comienzo, consideré que para poder expandirnos hacia cosas mayores y que aún no conocemos, primero debemos acercarnos a la luz y luego caminar con ella encendida. Hoy quisiera que hagas un pequeño experimento. Ve a una lámpara encendida y tápala con algún objeto. Es probable que veas que su luz ha perdido brillantez. Hay ocasiones en donde lamentablemente nos posicionamos en un lugar determinado, y aunque tenemos la luz encendida, puede haber algo que la bloquee. Quizás puedas ver un destello de la luz, pero la lámpara no podrá alumbrar a su máximo esplendor. Pues eso mismo pasa cuando a nuestro alrededor hay muchas cosas, personas, eventos, o distracciones que no nos permiten brillar a nuestro máximo potencial.

Dios nos enseña que debemos separarnos de aquello que puede opacar, o está opacando nuestra luz. Asimismo, Él nos enseña que cuando nos separamos, debemos ir al lugar que nos corresponde. Esto lo podemos ver cuando Dios da la orden de separar las aguas de las aguas para crear la expansión. Lo que me hace pensar que podemos ser iguales de aspecto, pero no iguales en personalidades, habilidades y dones. Por lo tanto, debemos ser capaces de seguir la orden de Dios cuando desea utilizar lo que somos, para posicionarnos en el lugar correcto y no donde queremos estar. Otro punto interesante es que cuando Dios separa las aguas, unas van arriba del cielo y otras las posicionó debajo. Sí; las escrituras relatan que hay agua más arriba del cielo. Esto es un dato curioso para investigar o debatir, pero ese versículo me hace reflexionar que, como dijo Jesús, podemos estar en el mundo, mas no pertenecer al mundo. Nosotros cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro único salvador, ya no somos de este mundo porque somos adoptados como hijos del Rey, somos hijos del Todopoderoso. Esto significa que nosotros pertenecemos arriba, pero debemos trabajar abajo.

Es importante recalcar que primero Dios creaba y luego organizaba su creación. De esta manera se confirma que podemos crear algo, pero para que haya una expansión se debe estructurar un plan, para saber en qué lugar va cada cosa, según su personalidad, habilidades y dones. Además, hay que separar u ordenar las cosas que están desordenadas. Que hermoso saber que ya Dios nos creó con un propósito. ¡Con un plan en mente! Él nos creó a su imagen y semejanza para que señoreáramos sobre la tierra. Dios te creó con unas habilidades, que fueron dadas a ti para hacer el bien y que alcances el propósito de Él en tu vida. Te exhorto a que te dejes separar, ordenar y quitar todo aquello que pueda estar bloqueando tu luz, para que puedas brillar en todo tu esplendor. Deja que Jesús se refleje en todo lo que haces y verás cómo se expandirá la bendición de Dios en tu vida y en la de quienes te rodean. ¡Dios te bendiga!                                                                         

Atentamente, A. Lamboy

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