1era de Corintios 5 y 6
En los capítulos 5 y 6 Pablo le habla directamente a los Corintios sobre la manera en que estaban viviendo. La realidad de nuestra naturaleza humana, es que todos somos pecadores en necesidad de un redentor. Y ese redentor es Jesús, quien en la cruz entregó su vida para el perdón de nuestros pecados. Ese perdón es también un llamado a una vida diferente, a una vida mejor. Antes de continuar quiero compartir el versículo en el cuál me quiero enfocar:
1 Corintios 6:11 La Biblia de las Américas (LBLA)
11 Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
Pablo les escribe a la iglesia de Corintios porque ha escuchado que entre ellos había mucha inmoralidad y que peor aún, no había arrepentimiento. Él continua preguntandoles, por qué entre ellos mismos no podían arreglar sus diferencias y tenían que acudír a tribunales civiles. Pablo dentro de la amonestación, les recuerda la esperanza que hay en Jesús para todos nosotros y la opción de que podemos vivir de una manera diferente. Jesús nos limpia de todo pecado, aunque seamos imperfectos su gracia nos justifica. Me gustaría hacer referencia al artículo anterior, titulado: Todos somos ladrones, para ver como aquellos dos ladrones que estuvieron al lado de Jesús en la cruz, tuvieron la oportunidad de ser limpios de pecado. Uno de ellos pudo ser limpio de pecado porque aceptó su culpabilidad y que Jesús era el salvador. Lamentablemente el otro no fue limpiado porque nunca aceptó su culpa y la salvación que estaba ofreciendo Jesús en la cruz del calvario. Quiero ser claro y preciso, hay que tomar la desición de aceptar que somos pecadores y que Jesús es nuestro único Salvador.
Recuerden que al principio de las cartas a Corintios, Pablo se enfoca en cómo es la relación de los creyentes con el Espíritu Santo, porque Él es quién nos revela las cosas que Dios no quiere que sean parte de nuestra vida. El Espíritu Santo nos hace entender que todo es lícito, pero no todo conviene. Además, nos hace fuertes para vencer y no ser dominados por nuestras pasiones.
No hay que esperar a que nuestra vida este perfecta para ir a Jesús. La iglesia de Corintios ya conocía de Jesús y Pablo todavía, al escribir sus cartas, tenía que amonestarlos y recordarles que ya ellos habían sido lavados y los exhotaba a que vivieran como nuevas criaturas. Le ruego y oro todos los días para que si aún no has conocido a Jesús, no importa cómo, ni dónde estés, solo abre tu corazón a Cristo y tendrás perdón y salvación. Hay una nueva vida que ya fue comprada para ti en la cruz, solo tienes que mirar hacia la cruz y darle tu vida a Jesús.
Att.
Luis