Tema: El amor, el motor de todo.

1era de Corintios 7-11

Muchas cosas se podrían hablar acerca de estos capítulos del libro de Corintios. Mi intención es mencionarlas desde el punto de vista del amor como el motor que nos lleva a vivir de la manera que Dios quiere que vivamos. Además, en estos capítulos podemos observar varias instrucciones que nos ayudarán a lograr tener un matrimonio y nuestra relación con los demás de una manera saludable. Me llamó la atención como Pablo en varias ocasiones resalta la importancia del amor. A través de estos capítulos, vemos qué Pablo habla de que el conocimiento envanece, pero el amor edifica. Buscando el significado de envanecer encontré que significa volverse vanidosa una persona (Freedictionary.com, 2019). Por lo tanto, una de las instrucciones es que el conocimiento debe estar junto al amor que sintamos por los demás, para que podamos ser de bendición a sus vidas. En otras palabras, nuestra motivación debe ser vivir buscando el beneficio del otro y no enfocarnos en el nuestro.

Otra de las instrucciones que nos da Pablo, es que el amor hacia Dios y el evangelio debe reinar en nosotros. Podemos tener el conocimiento de lo que Dios quiere que hagamos o de la vida que quiere que llevemos, pero siempre es el amor hacia Él, lo que nos lleva a movernos (hacía eso) a lograrlo. Pablo nos habla en el capítulo 9 de como él cómo apóstol tenía el derecho de vivir del evangelio, pero que para no causar estorbo al evangelio, renunció a ese derecho. Esto es un ejemplo de amar al evangelio y querer glorificar a Dios sobre todas las cosas. Él ve todo su sacrificio como algo que glorifica a Dios. (Versículo 23 del capítulo 9) A veces, por amor al evangelio nos privamos de derechos que tenemos, tal y como explica Pablo en el capítulo 8 y 10. Por ejemplo: cuando habla acerca de comer lo sacrificado a ídolos. Explica que todo viene de Dios y que comer o no comer no nos va a hacer más o menos que nadie. Enfatizando en que debemos examinar si ese derecho que tenemos podrá de alguna manera ser de tropiezo para aquellos que no conocen a Cristo. Por amor al evangelio debemos analizar si lo que hacemos da Gloria a Dios y si sirve para iluminar a aquellos que no conocen a Cristo.

Este principio es vital para el matrimonio, tema que Pablo abunda en el capítulo 7. Los que toman la decisión de casarse, o estar en una relación deben seguir el principio de vivir no solo buscando su propio beneficio, sino el de la otra persona. También deben estar claros en que aun cuando lo que haces pudiera ser algo legítimo no necesariamente bendice o ilumina a tu pareja. Les aseguro que si ambos siguen estos principios y viven de esta manera, estarán felices y sus necesidades estarán cubiertas. Este conocimiento es uno difícil de poner en práctica, pero como escribí anteriormente, el amor es el motor que nos ayuda a llevarlo del conocimiento a la práctica, logrando dar ese amor que edifica.

El mayor ejemplo de amor es Jesús. A través de su ministerio vemos que el motor principal de todo lo que hizo fue primero su amor a Dios y al evangelio, y segundo su amor por todos nosotros, por los cuales entregó su vida en la cruz. Cuando Jesús se fue con los apóstoles a descansar y las multitudes lo vieron, él no pensó en su derecho a descansar, sino que atendió a la multitud y les enseñó. En los evangelios hay muchos ejemplos del amor de Jesús que nos sirven de guía y debemos imitar. Como dice Pablo en 1era de Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, como yo de Cristo”. Todos necesitamos conocer a Jesús cada día más. Te invito a que si no lo conoces te des la oportunidad de hacerlo. El único requisito para conocerlo es dejarlo entrar en tu corazón y en tu vida. No importa en la condición que estés, no tienes que cambiar para acercarte. Precisamente el evangelio nos habla acerca del amor de Jesús. Ese amor que nos perdona, enseña, y nos transforma de la muerte a la vida.  Todo lo que podemos hacer es gracias a Él y lo debemos hacer para Él. Si ya lo conoces, te animo a seguir persiguiendo esa unidad con Cristo para que seamos edificados en amor y así juntos proclamar el evangelio verdadero de Cristo.

¡Dios les Bendiga!