Lucas 9
Como padre a veces he tenido que escoger entre complacer o corregir a mi hija. Y es necesario darle importancia a la corrección, porque es más efectivo aprender lo que es correcto para ella. Siempre habrá tiempo para complacer ese antojo del momento, pero no así para corregir su comportamiento. Dios es nuestro padre y el bienestar espiritual de sus hijos es su verdadera prioridad.
Quisiera compartir la palabra en Mateo 9:1-1
Mateo 9:1-8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Jesús sana a un paralítico
(Mr. 2.1-12; Lc. 5.17-26)
9 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.
2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
Este escenario tiene muchas enseñanzas. Una de ellas es la fe que hay que tener para llegar al techo y así bajar el paralítico a Jesús. Otra enseñanza es el rol que tenemos todos como hermanos en Cristo de ayudar a nuestros hermanos, de cargarnos los unos a otros. Pero en este mensaje me dirijo más bien a las acciones de Jesús. Me estuvo curioso que Jesús al ver al hombre y viendo que estaba en cama, lo primero que le dice es tus pecados son perdonados. Yo entiendo que el sanarlo al instante iba a tener un impacto igual en aquellos que estaban presentes, pero Jesús establece una prioridad en este acto y es que su enfoque es salvar nuestras almas. En este momento Jesús establece que el tiene el poder de perdonar nuestros pecados y que luego nos bendice al suplir para nuestras necesidades. Cuando vemos este ejemplo, vemos que el milagro fue más para solidificar el poder de Jesús. El milagro sirve de testimonio de Dios para nuestra vida. En la tercera carta de Juan capítulo 1:2, el saluda diciendo que espera que prospere según prospera su alma. La biblia establece un orden, nuestra alma es prioridad. No me gusta hablar por otros, pero cuántas veces no me había visto enfocado en pedir a Dios y sin embargo mi vida espiritual no había cambiado, mi relación con Dios no era una profunda y mi alma en esas circunstancias no estaba prosperando. Dios en su gracia me proveyó, pero en realidad quizás todavía puede haber cosas detenidas en mi vida o en la tuya, porque esa prosperidad del alma no se está dando.
Pensando en los amigos del paralítico y los presentes, entiendo que al ver la escena del trabajo que pasaron para llevar al paralítico a Jesús, y escuchar que Él lo primero que hace es decir que sus pecados son perdonados. Yo pensaría, al igual que ellos seguramente, que la necesidad obvia era que fuera sanado, pero ¿por qué lo primero que hace es perdonarlo? Primero, Jesús quería enseñarles que el vino y tenía el poder de perdonar los pecados. Segundo, Jesús conocía el interior del hombre y reconoce que primero necesitaba sanar su alma antes de su cuerpo.
Hermanos todos tenemos necesidades “obvias” que son las que todos pueden ver, las que nosotros mismos nos enfocamos en pedir, pero Jesús nos conoce y sabe los dolores que escondemos, ataduras que podamos tener y antes de cualquier cosa, Jesús quiere sanar esa parte que solo él y tú conocen.
Hermanos, muchos esperamos a situaciones dificiles para desarrollar esa búsqueda que da como resultado que nuestra alma crezca espiritualmente, pero si lo hacemos diariamente aun cuando todo esté bien, ya tendremos las herramientas para enfrentar lo difícil. Dios podrá decir levántate, en ti me complazco. Entendamos, el orden de Dios, si darte algo va afectar tu salvación, Dios no te lo va a dar, porque su interés mayor es tu salvación. Lo maravilloso es que Dios no se queda en el no, Él comienza a trabajar en tu vida hasta que entonces estés listo para recibir la bendición y que tu alma no se pierda. ¡Te invito a buscar que juntos conectemos nuestras prioridades con las de Dios!
Atentamente
Luis
