Hageo 1:7-8, Hageo 2:4
Aunque sé que en el Antiguo Testamento el templo se refería más a un lugar físico donde estaba la presencia de Dios, al leer esta palabra y llevarla a lo que nos enseña el Nuevo Testamento de que ahora nosotros somos el templo de Dios, sentí un llamado como nunca de mirar cómo esta el templo, o sea mi vida, y de qué es tiempo de reedificarla. Lo que más me impactó de como Dios les hace este llamado, es el sentido de urgencia que le da cuando en el versículo 9 de Hageo 1 les dice que esperan mucho para reedificar el templo.
Quiero dividir este mensaje en dos partes:
1. El llamado
“Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Considerad bien vuestros caminos. Subid al monte, traed madera y reedificad el templo, para que me agrade de él y yo sea glorificado —dice el SEÑOR.”
Hageo 1:7-8 LBLA
Aquí Dios les hace llamado claro de que consideren bien los caminos que toman, y luego les dice que suban al monte y traigan madera para reedificar el templo. Actualmente podemos ver como ese llamado Dios lo hace cada día con su pueblo. Cuando vemos que Dios les dice que suban al monte podemos entender que es un proceso que les iba a costar trabajo. Lo mismo aplica hoy, no podemos pretender que reedificaremos nuestro templo con solo desearlo, conlleva intimar con Dios, poner esfuerzo en cambiar hábitos y cosas en nuestra vida. Y el error en el que muchos caemos es un estado de ver qué pasa o de que mañana intento. Dios aquí nos dice que esperamos mucho tiempo.
2. La promesa
“Pero ahora, esfuérzate, Zorobabel» —declara el SEÑOR — «esfuérzate tú también, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, y esforzaos todos vosotros, pueblo de la tierra» —declara el S EÑOR — «y trabajad, porque yo estoy con vosotros» —declara el S EÑOR de los ejércitos.”
Hageo 2:4 LBLA
La promesa es que Dios va a estar con nosotros en el proceso. Dios en el capítulo 2 le dice al pueblo que se esfuerce y trabaje porque Él estaba con ellos. Dios sabe que pasarás trabajo, pero el promete estar con nosotros.
Cuando hablamos de reedificar algo, es coger un fundamento ya hecho o establecido y hacerlo más fuerte o reconstruirlo por completo. Si nunca has conocido a Jesús es tiempo de que consideres el fundamento en el cual se basa tu vida y lo reedifiques con el fundamento de Cristo. Si llevas años en la iglesia tienes ya el fundamento pero no nos podemos quedar ahí, tenemos que trabajar para fortalecer y reedificar esas paredes que a lo mejor la vida ha derrumbado, ese dolor que guardas, ese rencor. Claro que reedificar duele y cuesta, pero Dios está a nuestro lado para ayudarnos en el proceso.
Iglesia, también creo que es tiempo de que consideremos nuestros caminos, en qué nos estamos enfocando, qué evangelio estamos predicando y modelando. Es tiempo de reedificar la iglesia y en oración ver qué tenemos que hacer para que Cristo sea verdaderamente exaltado y el mensaje verdadero del evangelio sea llevado al mundo.
¡Qué Dios te bendiga!
Luis
