“Y Él les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”
Hechos 1:7-8 LBLA
https://www.bible.com/89/act.1.7-8.lbla
En estos tiempos que estamos viviendo pienso que lo más normal para nosotros es querer preguntarle a Dios qué va a pasar o por qué está pasando. No solo el coronavirus, eventos naturales, violencia y el hecho de que cada vez la sociedad se aleja mas de los principios de Dios.
Los que estaban con Jesús le hacen una pregunta y Jesús les dice que no les corresponde saber los tiempos ni las épocas. Aquí no se refiere a que como cristianos no sepamos reconocer eventos que ocurran como señales de que la venida de Cristo está cerca. Se refiere mas bien a que las razones específicas de esos eventos y que pasará exactamente no es importante que lo sepamos.
Cuando pienso y digo que no es importante, me refiero al llamado que tenemos como iglesia. No es secreto que este año el mundo ha enfrentado algo que cambió todo de momento y aún afectó a la iglesia. Podemos como iglesia buscar saber cuando al fin pasará este momento tan difícil para todos, pero ¿debería ser ese nuestro enfoque? El llamado de la iglesia es ser luz en las tinieblas. Tenemos la responsabilidad de testificar la grandeza de Dios aún en medio de cualquier evento. Cuando Jesús les dice que no les corresponde saber los tiempos, luego les dice que serán testigos de él por los confines de la tierra. Un testigo, si lo vemos en el contexto legal, es alguien que vio un suceso y lo dice para probar la inocencia o culpabilidad de alguien. Nosotros que conocemos de Cristo tenemos la responsabilidad de testificar la gracia de Dios a aquellos que no tienen la esperanza que da el tener a Cristo. Creo que este tiempo Dios está abriendo puertas para que la luz del evangelio brille mas allá de reuniones y eventos, sino que brille a través de el pueblo en donde vive, trabaja o comparte con otras; simplemente viviendo el evangelio verdadero y siendo testigos para otros de Cristo.
Claro que no es fácil, somos humanos y sentimos temor y ansiedad ante la incertidumbre. Pero la clave, Cristo lo dice antes de decirles que serán sus testigos y es que recibirán el Espíritu Santo y tendrán las fuerzas. Tenemos al consolador con nosotros y el nos dará las fuerzas para que podamos ser luz y testificar la gracia de Dios, y que otros se arrepientan y vengan a una vida en Cristo.
Dios nos está diciendo que no nos enfoquemos en entender todo o saber todo. Nuestro enfoque debe ser confiar en él y saber que él tiene el control, y al tener esa confianza, ser testigos a aquellos que no tienen esa certeza de que Dios está en control.
¡Dios les bendiga!
Att.
Luis
