Mateo 14:24-30
La Biblia de las AméricaS
24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[a] de tierra, y era azotada[b] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[c], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis. 28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y Él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame!
La vida no es fácil y hay momentos en donde necesitamos entrar en la palabra para adquirir las fuerzas que necesitamos. Creo que todos de una forma u otra estamos pasando por un año difícil y necesitamos a Dios para poder mantenernos en pie. Ayer estaba orando y pensé en estos versículos donde vemos cómo Pedro camino sobre el mar.
Hay unos factores que ayer resaltaron al leerlo, la primera es que ya el barco estaba profundo en el mar, o lejos de la tierra, era azotado por las olas y el viento era contrario. El barco iba camino a su destino con esas cosas en contra. Y de noche se acercó Jesús a la barca caminando sobre el mar. Jesús tuvo que hablarles para que se clamaran, imagínate que ya enfrentando el viento y las olas le añades a alguien caminando en el agua. Y ahí Pedro le dice que si es Jesús le diga que vaya hacia a él y Pedro va y camina sobre el mar hasta que cambio su enfoque al viento y a las olas fuertes.
Pedro nos da una lección de fe al salir del barco y caminar sobre las aguas. Hizo algo difícil que requirió de fe y una vez en las aguas, requirió que se enfocara en llegar a Jesús. Cuando cambio su enfoque se hundió y Jesús tuvo que ayudarlo. Muchas veces en nuestra vida pasaremos por momentos donde ya estaremos lejos de tierra, lejos de algo seguro, tendremos fuertes azotes y tendremos el viento en contra. Solamente manteniendo el enfoque en Cristo podremos caminar sobre el mar a pesar de los vientos, las olas y la falta de algo seguro donde caer.
Hermanos, yo he tenido que luchar conmigo tantas veces con esto, muchas veces en las situaciones que he enfrentado me he enfocado tanto en lo que me rodea que he dejado de ver a Dios en medio de lo que estoy pasando. No me refiero a que siempre la situación se resolverá, pero enfocado en Cristo puedo dar los pasos necesarios.
Muchas veces Dios nos llevará lejos de lugares donde nos sentimos seguros, como estaban los apóstoles en esa situación, lejos de tierra y en el mar, no era opción virar atrás, la única opción era mantener la mirada en Cristo. Y cuando Pedro empieza a caminar sobre las aguas su mirada nunca se debió alejar de Cristo.
Si como yo necesitabas esta palabra, le pido a Dios que su gracia nos cubra y nos ayude en cada situación que estamos enfrentando. Que su gracia permita que se calme la tormenta, pero sino se puede todavía que nos dé fuerzas para mantener en él nuestra mirada para seguir caminando.
Dios les bendiga!
Att.
Luis
