“Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores. Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón.”
Lucas 2:18-19 LBLA
Creo que este será un mensaje corto, pero quiero compartirlo. La verdad es que al leer este pasaje me resaltó como la palabra de manera sutil nos enseña algo que pienso que es clave. Son versículos que he leído, pero hoy el Señor me hace ver la importancia de como recibimos la palabra de Dios.
En los versículos anteriores vemos que un ángel les revela a unos pastores acerca del nacimiento del Salvador y que lo encontrarán con pañales en un pesebre. Los pastores van a Belén y al encontrarse con María y José les contó lo que el Ángel les dijo acerca de Jesús. Y los que estaban alrededor de ellos se maravillaron, pero María atesoró lo que escuchó y reflexionó.
María aquí nos enseña algo tan poderoso que debemos aplicar en nuestra vida espiritual. María escuchó todo lo que dijeron de Jesús, que era un bebé todavía, y lo atesoró. Cuando tú atesoras algo, es que lo tienes en un lugar de mucha importancia. Al tenerlo cómo un tesoro es algo que lo piensas constantemente y eso nos lleva a reflexionar y al reflexionar la palabra podrá tener un efecto en nuestra vida. Yo recuerdo tantas predicaciones que me tocaron y que sabía que las necesitaba, pero cometí el error de que me emocioné, pero no las atesoré como algo que podía cambiar mi vida, y en par de días ni me acordaba de la palabra. Al leer la palabra pienso que debemos atesorarla y reflexionar en ella y no solo emocionarnos con ciertos versículos que es algo que a veces hacemos. Las emociones cambian pero cuando algo es sembrado y atesorado, es firme y fuerte en nuestra vida y se reflejará en nuestras acciones.
Quiero ser claro en que no es malo emocionarnos por alguna palabra o experiencia espiritual. Pero hablando por mí, he visto como esa emoción se pierde si se deja ahí, hay que lograr que eso que nos tocó el corazón nos lleve a reflexionar en esa palabra y que eso nos transforme en nuestra vida. María escuchó esas palabras y las atesoró y reflexionó y pienso que eso la ayudo a guiar a Jesús según crecía hacia su propósito. Yo no puedo decir que las personas que se emocionaron en el versículo no reflexionaron sobre lo que escucharon, pero puedo pensar que Dios nos quiere enseñar a ir mas allá, porque luego de que dice que la gente se emocionó el proximo versículo comienza diciendo “pero María ”, ese pero establece una diferencia entre los que se emocionaron y lo que hizo María.
Creo que el mensaje de Dios para estos tiempos es que profundicemos, ya no podemos vivir siendo cristianos de superficie. De que comencemos a ir al siguiente paso de esa emoción que nos da cuando Dios nos habla, de ir a reflexionar como aplicarla y atesorarla en nuestro corazón para que siempre esté presente y no la olvidemos.
¡Dios les bendiga!
Luis
