Lucas 2:8-20
En el artículo anterior se habló acerca de María y como ella guardó en su corazón las cosas que le dijeron los pastores que habían visto y oído de los ángeles. En este artículo les escribo acerca de los pastores. Hace un tiempo hice una anotación cuando leí estos versículos y me parece que van de la mano con el artículo que escribió Luis.
En mi opinión, los pastores también nos enseñan y modelan acerca de cómo debemos actuar cuando recibimos una palabra de nuestro Dios. Lo primero que me gustaría compartir es que antes de recibir la visita del ángel, ellos estaban velando y guardando su rebaño. Básicamente, mientras otros dormían ellos velaban y protegían la vida de sus ovejas. Pienso que nosotros los hijos de Dios, debemos velar y proteger las almas de nuestros hermanos y hermanas. Nosotros podemos orar, aún cuando ellos duermen.
En el versículo 9, leemos que la gloria de Dios los rodeó de resplandor; y que los pastores tuvieron gran temor. Al leer este versículo pensé en Moisés cuando su rostro brillaba después de haber estado en la presencia de nuestro Dios. Pienso que, si velamos por el pueblo, Dios nos hará brillar en su presencia, para que el pueblo pueda ver. Por otro lado, podemos ver que los pastores tuvieron temor. Imagino que tú y yo cuando Dios nos habla a través de su palabra o a través de alguna persona, también tenemos temor. Al menos yo he sentido temor y a veces hasta he dudado.
“Pero el ángel les dijo no temáis; porque aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.” (Lucas 2:10-11 RVR1960)
Esta es la palabra que debemos recibir nosotros también: cuando aceptamos a Jesús como ese Salvador, que es Cristo el Señor, también a nosotros nos es nacido. Por lo tanto, tendremos gran gozo y también nuestro pueblo.
El ángel dijo que había nacido ese mismo día y en la ciudad de David. Es importante reconocer que, cuando Dios habla, nos da dirección. Pero no se queda ahí, también Dios a través del ángel les da una señal. “Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.” (Lucas 2:12 RVR1960)
Tan pronto le dicen estas cosas a los pastores hay un momento de alabanza donde se exclama: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14 RVR1960) Creo que, cuando recibimos palabra de parte de Dios debemos alabarle.
Luego de que los ángeles se fueran al cielo, los pastores hablaron entre ellos y decidieron ir hasta Belén y ver lo que había sucedido y manifestado a través del Señor. Tengo que confesar que Dios ha hablado a mi vida en muchas ocasiones, y estoy seguro que a ti también, pero yo no he hecho como esos pastores. Ellos tomaron la decisión de ir a ver lo que Dios les había manifestado y lo hicieron rápidamente. “Vinieron pues apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en un pesebre.” (Lucas 2:16 RVR1960) Los pastores confirmaron lo que Dios les había dicho a través del ángel. Yo, todavía no he logrado ver la confirmación total de lo que se me ha hablado, pero confieso que yo no actué como esos pastores, más bien todo lo contrario. He tardado en caminar a dónde Dios me dijo que fuera. Pero hoy estoy corriendo para verlo.
Por último, hay que hablar y compartir con otros lo que Dios nos muestra a través de su palabra. “Y al verlo dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.” (Lucas 2:17 RVR1960)
Si hacemos como estos pastores, veremos la confirmación de la palabra de Dios. La gente se maravillará de lo que compartimos, quizás una persona lo guardará en su corazón, así como lo hizo María. Y glorificaremos y alabaremos a Dios por todas las cosas que oiremos y veremos cumplirse como se nos ha dicho.
Si Dios ha hablado a tu vida, doy gloria a Dios y espero que como María lo guardes y medites en tu corazón y que como los pastores te apresures a ver la palabra de Dios confirmada en tú vida.
¡Dios te bendiga!
Con amor, A. Lamboy
