Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios.(Mateo 3:8 NTV)
En estos versículos podemos leer lo que Juan les está hablando a la gente de su tiempo, en especial a los líderes “religiosos” o más bien políticos. Hoy, mucha gente piensa que su salvación ya está ganada porque Dios es amor, pero este Juan de quién Jesús dijo:
“Les digo la verdad, de todos los que han vivido, nadie es superior a Juan el Bautista. Sin embargo, hasta la persona más insignificante en el reino del cielo es superior a él. Desde los días en que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino del cielo ha venido avanzando con fuerza, y gente violenta lo está atacando. Pues, antes de que viniera Juan, todos los profetas y la ley de Moisés anunciaban este tiempo; y si ustedes están dispuestos a aceptar lo que les digo, él es Elías, aquel que los profetas dijeron que vendría. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!” (Mateo 11:11-15 NTV)
Les está diciendo, a ellos y por ende a nosotros, que si no nos arrepentimos de nuestros pecados y no nos acercamos a Dios estamos camino a condenación en el juicio final. Lamentablemente, la política de nuestro tiempo y las generaciones de este tiempo tampoco escucharían a Juan el Bautista por el hecho de que tendrían que arrepentirse de su pecado y eso implica tener que intentar cambiar lo que está mal delante de Dios. Otras personas podrán decir que todos irían al infierno, porque todos pecamos delante de Dios y mí respuesta a ese comentario es que cuando hay arrepentimiento nuestro pecado no es nuestro estilo de vida más bien nuestro estilo de vida es de arrepentimiento y cambio.
Hago hincapié en lo que dijo Jesús de Juan el Bautista porque la gente hoy día dice que Jesús es amor, pero Jesús está validando lo que hablaba Juan acerca del pecado y acerca del juicio final. Mi oración es que todos podamos leer más acerca de Jesús. Orar más y estar en su presencia y ser más prudentes a la hora de pensar, hablar y actuar. La buena noticia es que cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, nuestros pecados son perdonados. Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. Nosotros somos cambiados de criaturas hechas por Dios a Hijos de Dios.
Que nuestro Dios siga siendo misericordioso, que abunde su gracia y amor por todos nosotros.
Con amor,
A Lamboy
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