«Cuando te inviten a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor. ¿Qué pasaría si invitaron a alguien más distinguido que tú? El anfitrión vendría y te diría: “Cédele tu asiento a esta persona”. Te sentirías avergonzado, ¡y tendrías que sentarte en cualquier otro lugar que haya quedado libre al final de la mesa!
(Lucas 14:8-9 NTV)
Hoy en día mucha gente busca sentarse en los mejores lugares, comer la mejor comida y ser respetados por todos aún sin merecerlo. ¿Cuántas personas no se aprovechan de una invitación para tomar más de lo que le habían ofrecido? Con esto me refiero a que una persona es invitada a asistir a un evento y esa ya debe ser su bendición. La persona no debería sentir que debe llevarse algo del lugar para sentirse bendecida.
Yo recuerdo que antes en las bodas la gente se llevaba los arreglos florales de las mesas y muchos se llegaron a llevar hasta arreglos que eran alquilados, porque se acostumbraron a llevarse algo. Imagino que por esa razón se tuvo que comenzar la costumbre de hacer los arreglos y dar un obsequio a los invitados. No estoy diciendo que sea malo llevarse un recuerdo, pero me pregunto si las personas invitadas reconocían que haber sido invitadas a la boda ya era un regalo de valor incalculable. Tuvieron la oportunidad de disfrutar de una celebración de amor.
Hay personas que lo hacen por costumbre, pero hay otras que lo hacen para sentir superioridad hacía los demás y sentirse ganadores. Sinceramente, si lo hacías ¿Por qué lo hacías? Este mensaje es para quienes se alegran al robar la bendición que probablemente pertenecía a otra persona. Me parece que estas personas lo hacen sin saber que en algún momento serán confrontados y por tanto avergonzados frente a todos. A muchos los llaman listos cuando hacen trucos para alegadamente recibir algún beneficio que realmente no le pertenecía, pero en realidad se están causando un daño a sus vidas y a las vidas de los que realmente necesitaban ese beneficio.
»Más bien, ocupa el lugar más humilde, al final de la mesa. Entonces, cuando el anfitrión te vea, vendrá y te dirá: “¡Amigo, tenemos un lugar mejor para ti!”. Entonces serás honrado delante de todos los demás invitados. (Lucas 14:10 NTV) Este versículo habla de ser humilde y de no buscar ser bendecido, sino esperar a que quién te invitó te bendiga y entonces seas honrado. Hoy día conozco de mucha gente que entiende que como el gobierno roba, pues tienen derecho a robarle a el gobierno, pero se les olvida que así como el gobierno hace daño a sus ciudadanos, así también hacer trucos para robarle al gobierno le hace daño a los ciudadanos. No podemos solucionar un problema si nos hacemos parte del mismo.
Otro ejemplo que puedo dar es cuando hay pastores que hacen de sus ovejas sirvientes. He conocido y oído que ha habido pastores que han tratado a sus feligreses como sus siervos. Hay que reconocer que quizás, sin intención o quizás equivocados, se están poniendo ellos en la posición de rey y ese lugar solo es para Dios. Ellos se están sentando en la primera posición y un día Dios les dirá cuál es su verdadero lugar. Estoy seguro que Dios ya les ha advertido y dejado saber que su lugar es el de servir a sus ovejas y no al revés. Por otro lado, y gracias a Dios son más, he tenido la dicha de conocer pastores que solo buscan servir a sus ovejas y guiarlos por un camino seguro hacia su dueño. Estoy seguro que el dueño de las ovejas será quien los exalte, los honre y los bendiga por su amor hacia sus ovejas.
Yo entiendo que a veces las frustraciones de este mundo nos hacen desviar nuestra mirada de lo que es realmente importante. Así mismo como ser invitado a la boda tiene más importancia que la comida, bebida y regalo, así también ser honrado en la vida es más importante que los beneficios que se puedan adquirir por medio de trucos o malas costumbres. »No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a beber. No se preocupen por esas cosas. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya conoce sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten. (Lucas 12:29-31 NTV)
El Señor Jesús no quiere que busquemos gloriarnos a nosotros mismos. Tampoco quiere que busquemos la bendición por nosotros mismos. Jesús desea que aceptemos su invitación a aceptar que necesitamos arrepentimiento y que solo Él nos puede dar el premio de ser perdonados gracias a su sangre derramada en la cruz.
Hermanos y hermanas, sí le creemos a Jesús ya somos invitados a las bodas del cordero. No hay nada mejor que la bendición de ser invitado a ser parte de la celebración de amor jamás antes vista. Y les tengo una noticia, si Jesús llega a buscar su iglesia y tenemos la oportunidad de estar vivos y verlo venir por nosotros. No sólo seremos invitados, sino que seremos la novia en esa boda. Por eso seamos humildes. ¡Busquemos agradar a nuestro Dios, bendiciendo a otros!
Dios nos bendiga y podamos reconocer y ser felices con su invitación a ser renovados y salvar nuestra alma. ¡Jesús te invita! No importa si te sentaste al frente o atrás, si te beneficiaste alguna vez sin merecerlo, entre otras cosas más. Hoy Jesús te invita a sentarse en tu lugar asignado. Jesús te está invitando a sentarte a su lado.
Con amor,
A Lamboy
LAmbWord 