“Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!”
Lamentaciones 3:21-23 LBLA
Creo que una de las cosas que debemos tener presentes en nuestro caminar en el evangelio es el aspecto de la gracia. Nuestra salvación en realidad la tenemos por pura gracia de Dios, nada que hagamos nos hace dignos o merecedores de esa gracia. Pocas cosas en la vida las podemos tener de la misma manera que tenemos la gracia de Dios sobre nuestra vida.
Y me gustó mucho leer este capítulo de Lamentaciones porque me llevó a ver la gracia de Dios más allá del hecho de la gracia para salvación y perdón de pecados. En este capítulo vemos a un hombre que está pasando por un momento difícil donde siente que Dios no escucha sus oraciones. Da una descripción triste de la situación y al final dice que tiene esperanza porque la misericordia de Dios es nueva cada mañana. Vemos un hombre que al final de todo recordó la misericordia de Dios sobre su vida y que cada nuevo día su gracia podía intervenir en su vida.
Esta misericordia debe ser nuestra esperanza cada mañana. Mientras Dios nos da otro día, es un día que podemos corregir aquello que necesite ser corregido y acercarnos a Dios o puede ser el día donde Dios obre a nuestro favor en alguna situación. Lamentaciones capítulo 3 habla de las muchas aflicciones que estaba pasando, y aun así, fue el saber sobre la misericordia de Dios que lo mantenía en esperanza, reconociendo que es Dios su porción y que vale la pena esperar en Él. Es cuando perdemos la esperanza que entonces caemos en desánimo, por eso es tan importante tener en nuestro corazón la verdad de las escrituras. La palabra de Dios nos lleva a conocer de Dios y en momentos difíciles podemos traer a memoria las bondades de Dios. A mí siempre me gusta traer un balance al hablar sobre este tema porque es peligroso llevar un mensaje de que la gracia quiere decir que recibiré lo que quiero y cómo lo quiero. Claro que hay veces que sí, pero es importante que nuestra esperanza este ligada a su voluntad.
No podemos dejar de hablar de la gracia para perdón de pecados. Que si fallamos en algo, la culpabilidad no nos lleve a alejarnos de Dios, al contrario, debemos recordar que su gracia no termina y que si hay arrepentimiento de corazón, él nos levanta y que un nuevo día es un nuevo comenzar. El arrepentimiento de corazón es clave, puedes tropezar hasta con la misma piedra, pero si de corazón hay dolor y tristeza por lo que haces, Dios conoce y te levanta y si lo dejas te puede liberar de eso que tanto te hace caer. El pecado no es más que el arma del enemigo para hacernos sentir poco ante Dios y que nos alejemos. Pero el evangelio no se trata de lo que yo haga se trata de la sangre derramada para el perdón de pecados. Un nuevo amanecer es una nueva oportunidad para acercarte a Dios, no te descartes a ti mismo, ven a los pies de Cristo, estoy seguro que te va a recibir, como tantas veces me ha recibido a mí.
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. Hebreos 4:16
Hermanos termino con este versículo para orar que podamos hoy acercarnos a él con confianza, que vayamos al trono de su gracia y que podamos presentar cualquier situación que estemos pasando o pedir perdón por cualquier pecado por el cual necesitemos su mano de misericordia. Sé que el amor de Dios no nos rechazará y que podemos tener una nueva oportunidad de ver su mano en nuestra vida cada nueva mañana.
¡Dios les bendiga!
Luis
