“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;” (1 Pedro 1:13 RVR1960)
Según, thefreedictionary.com:
Ceñid = Poner una cosa alrededor de otra de modo que la ajuste. Rodear completamente una cosa a otra. Mantenerse dentro de los límites determinados al hacer o decir algo.
Entendimiento = Capacidad de pensar y obrar con buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad.
Sobrios (serios) = Persona que hace cosas con moderación, tanto en sus palabras como acciones. No es redundante ni exagerado y sabe mantener la calma en situaciones difíciles.
En mi humilde opinión, la única persona que puede rodear nuestra alma a través de su Espíritu y ajustar nuestra capacidad de pensar, para así obrar con buen juicio. Manteniéndonos dentro de los límites establecidos por Dios para hacer o decir algo, se llama Jesucristo.
Él es quien nos hace estar calmados y nos ayuda a actuar moderadamente en los momentos de dificultad. Esto gracias a que esperamos por completo en la gracia que traerá Jesucristo cuando regrese por nosotros sus hijos o cuando nos mudemos, como decía mi abuela Aida, al partir de esta tierra a nuestra mansión celestial.
Yo sé que muchos tienen dudas de qué hacer mientras esperan, pero Pedro lo contesta en los versículos 14 al 19.
¿Cómo esperar?
1- Como hijos obedientes
2- No conformandonos a los deseos que teníamos en nuestra ignorancia. (Cuando no conocíamos a Jesús y por ende no lo amábamos y no obedecíamos sus mandamientos)
3- Siendo como Jesús, quien nos llamó y es santo, así también debemos ser santos en nuestra manera de vivir; porque escrito está: “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico.” (Levítico 20:7-8 RVR1960)
4- Temiendo a Dios.
5- Reconociendo en todo momento que, cuando aceptamos a Jesús como nuestro salvador, somos rescatados de nuestra vana manera de vivir. Esa que no edifica nuestra vida, sino que la destruye. Y que ese rescate no se compró con dinero, sino con la sangre preciosa de Cristo.
Dios nos ama tanto que desde antes de la creación del mundo, Jesús estaba destinado a morir por nosotros y por amor a nosotros así lo hizo. Su resurrección renueva nuestra fe y nos da esperanza. Y su vida da gloria a Dios.
Jesús es quien purifica nuestra alma: ¿Cómo?
1- Por la obediencia a la verdad. (Jesucristo)
2- Mediante su Espíritu Santo.
3- Logrando que amemos a nuestro prójimo verdaderamente y sin fingir.
4-Siendo renacidos, no de nuestra madre, sino por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
En conclusión:
Me parece que sí debemos ser santos, porque así lo dice la palabra de Dios, pero para lograrlo debemos enfocar nuestra búsqueda en Jesús, porque a través de Él lo lograremos ser de verdad.
No deseches a Jesús, Él es la piedra viva. Si te acercas a Él, tú lo serás también.
¡Dios te bendiga!
Con amor,
A. Lamboy
