“Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos.”
1 Timoteo 6:12 LBLA
Ayer fui a una conferencia para padres y la palabra que Dios trajo me confrontó, me obligó a mirarme como padre y las áreas donde claramente necesito la gracia y ayuda de Dios sobre mí. Básicamente, todo se trata de esfuerzo y de luchar, en el caso de ayer por nuestros hijos, pero en la vida se trata de todo. Y fue duro darme cuenta de que he estado rendido espiritualmente.
Cuando la palabra nos dice pelea la batalla me habla de que el evangelio no siempre es fácil. Y cuan cierto es que muchas veces en la vida del cristiano el sol no brilla como uno quisiera y lo primero que se pierde es el deseo de orar, el adorar o para resumir, buscar de Dios. A lo mejor soy yo el único que le pasa y hoy antes ustedes me confieso.
En la vida hay muchas batallas, y me gusta el adjetivo que le da la biblia a la batalla de la fe, le dice la buena batalla. Porque que el evangelio se trata de la salvación, la eternidad, por eso le llama buena, porque tiene valor, las otras batallas que sean para cosas del mundo no que sean malas, pero no se compara con la recompensa que trae el mantenernos firmes en la fe hasta el final.
“Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.”
1 Timoteo 6:11 LBLA
Cuando dice que huyamos de estas cosas se refiere a que en versículos anteriores habla de falsas doctrinas, amor al dinero etc. Pero nos dice en este versículo, porque cosas debemos batallar siempre, luchar para que sean parte de nuestro ser y den testimonio de Cristo. La justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. Nada mas con mencionarlas entendí que es una batalla, porque el mundo hace tan difícil que demos justicia cuando son injustos con uno, dar amor cuando te tratan mal, fe cuando cosas salen mal. Pero debemos batallar contra el dejarnos llevar por nuestras emociones y pelear para que nos dejemos dirigir y accionar según el Espíritu Santo.
Hermanos, si alguien se siente rendido, no está solo, aquí les compartí como fui a llevado a ver que estaba rendido, sin darme cuenta poco a poco permití que las voces de las dificultades hablaran más alto que Dios y mi fe se debilitó. Pero tenemos un Dios que no se cansa de levantarnos y busca la forma de veamos la luz. Si no le conoces hoy es un buen día y si le conoces, pero te has sentido rendido hoy es el día que Dios quiere renovar tus fuerzas.
Dios les bendiga,
Luis
